"Algunos nos empeñamos en ahondar en lo que no se ve. En esos caminos de agua donde no se marcan las huellas, sólo seguimos la luz de la intuición. Y sumergidos en los sueños que nuestro ser nos permite, nos movemos a veces a brazadas de instinto, otras, las más, a merced de las mareas.
El destino, sabio y cruel, nos esconde los grandes caminos para hacernos encontrar atajos frecuentemente en lo más dificultoso e inverosímil.
Eso tengo entendido: que es caprichoso pero tan fiel que no se te despega.
Nos congela el alma con soplos helados de miedo, dolor y tristeza, en el cogote. Cuando nos mete en el túnel del horror. Para que podamos notar después como nos abriga y nos envuelve, con un templado aire de dulzura, inspiradora.
Solo podemos acatar su hegemonía.
Mirar de frente a la vida: amar, comer, reír, sentir, llorar, estremecernos... Emborracharnos de ella hasta perder el sentido. Que él vendrá por detrás a mandarnos cuándo, dónde, lo que quiera. Porque él domina nuestros recorridos.
Y sólo podemos, a lo sumo, y en el mejor de los casos, percatarnos a la postre de lo que vino a decirnos: que nada es ni fué por casualidad. Que todo son señales de lo que el destino nos tiene preparado, piezas de engranaje, pizcas de sal, ingredientes secretos que mezclados misteriosa y aleatoriamente finalmente compondrán el puzzle de lo que seremos algún día.
En este viaje incierto que es la vida, que tú nunca manejas sino ella a tí.
Amén. "
El destino, sabio y cruel, nos esconde los grandes caminos para hacernos encontrar atajos frecuentemente en lo más dificultoso e inverosímil.
Eso tengo entendido: que es caprichoso pero tan fiel que no se te despega.
Nos congela el alma con soplos helados de miedo, dolor y tristeza, en el cogote. Cuando nos mete en el túnel del horror. Para que podamos notar después como nos abriga y nos envuelve, con un templado aire de dulzura, inspiradora.
Solo podemos acatar su hegemonía.
Mirar de frente a la vida: amar, comer, reír, sentir, llorar, estremecernos... Emborracharnos de ella hasta perder el sentido. Que él vendrá por detrás a mandarnos cuándo, dónde, lo que quiera. Porque él domina nuestros recorridos.
Y sólo podemos, a lo sumo, y en el mejor de los casos, percatarnos a la postre de lo que vino a decirnos: que nada es ni fué por casualidad. Que todo son señales de lo que el destino nos tiene preparado, piezas de engranaje, pizcas de sal, ingredientes secretos que mezclados misteriosa y aleatoriamente finalmente compondrán el puzzle de lo que seremos algún día.
En este viaje incierto que es la vida, que tú nunca manejas sino ella a tí.
Amén. "
ktharsis 2013
imagen: The Lighthouse by Caras Ionut
Delicioso. Como siempre, enhorabuena, señora de las letras nocturnas y noctámbulas.
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