jueves, 20 de marzo de 2014

vuelca la madrugada

"Vuelca la madrugada,
derrotada apenas la noche.

Vierte en el desnudo abierto
una ingenua ternura.

Acaricia los párpados
yacentes e indefensos.

Y llueve puñados de sal
en las heridas.

Vacía sobre el cristal quebrado
que duerme en la cabeza,
un nido de pájaros perdidos.

Y les arroja el peso
vencido y cruel, la sombra
plomiza de los sueños.

Llora lo imposible,
grita muda,
ciega se ahoga,
no avisa del ataque
imparable del miedo.

Resbala entre las dos orillas,
entre tú y yo,
esa realidad que no existe.

Hay un temblor moribundo
que a punto de extinguirse,
quema póstumo
las cuencas de mis ojos.

Y un frío espeso, atroz
que ahorca el valor en la garganta.

El abismo de la noche
me atrae hacia él,
no quiere acabar,
diluirse con la luz del sol.

Se empeña en hacer
perpetuidad de la locura.

Nace el delirio dormido
y pretende bailar con la aurora.

Pero amanece
y sabe que se muere.

Sube el día y el rocío
cae en flores de llanto leve,
sobre las ruinas de este amor
inacabable y hambriento
que llaman vida. "



ktharsis 2014



sábado, 8 de marzo de 2014

palidece la luz





“Palidece la luz, se va extinguiendo, lánguida, en la memoria de las sombras.

Inmóvil la osadía se marchita de nostalgias a ninguna parte.

Se suicida el corazón, salta en pedazos.

 Arden sus volátiles cenizas por mi cuerpo.

 Me dejo morir en la invisible hoguera de la angustia.

Tirita el alma sobre el altar del tiempo.

Y un durísimo puñal de oscuridad se ensaña con dolor sobre mi carne,

vaciando la presencia de la sangre.

No pretendo, no quiero, no deseo nada.

Me diluyo en el caudal de la tragedia.

 

Huyamos de ese ruido lejano de la vida

que acelera la necrosis de los días,

y nos deja el esqueleto de los sueños.

 

A veces llega tarde el sol cuando todo está ya seco.

Y sus rayos acarician  un cadáver tendido en el pasto del incendio.

Sobre la muerte su brillo es inútil.

 

Volvemos a ser dos partes.

Anda el cielo reclamando lo que es suyo,

 y a la vez la tierra pide a gritos lo que le pertenece.

La tortura separa tus miembros.

Abre tus entrañas simultáneamente

hacia arriba y hacia abajo,

con la fuerza de un gélido torrente de nieve.

Te rompes por dentro.

Los ojos restallan látigos de ceguera.

La retina se ahoga en la tristeza,

roba en millones de lágrimas

el tesoro perdido de la calma.

 

Y frígida, cobarde la palabra

desaparece dejándonos desnudos.”


ktharsis 2014

 

coleccionas dudas

"¡Coleccionas dudas¡
-grita el mundo desde afuera-


Y una cornada de sal
aprieta las cuerdas de la noche,
retuerce el dolor en hondo acecho,
expande el terror por los tejados
y cuelga del mástil tu cabeza.


Huérfano el martirio te calcina,
clava el aguilón del tiempo.
Condena a muerte tus pisadas
y el pánico muerde las sombras.


Niégame los golpes,
hiéreme en silencios.


Hunde tus pies en ruinas,
escapa de tus heladas manos.


Llora por tu alma sola."




ktharsis 2014

martes, 25 de febrero de 2014

Urgente y voraz


“Incontenible y fugitiva

es la bohemia voluntad

 que arde mis pasos.

 

Atropellada y dominante.

 

Urgente y voraz,

hiriente y temeraria,

busca abandonar  y asalta

 los certeros rieles

de la sensata calma.

 

Desborda la sangre

en su legítimo uso.

 

Sigue el pálpito

embestida por  la rabia

 del genio salvaje e impaciente,

devorador de fuegos

sinsentido.

 

Vuelca, se pierde enajenada,

derrama esa costumbre

por los labios abiertos,

la destrucción del miedo

en las corrientes del desgarro.

 

El poder  le pertenece.

 

Tiembla en el filo

de una irascible daga

que choca y resbala

en mi garganta.

 

Que rompe la furia

y la descarga.”


ktharsis 2014

 

sábado, 22 de febrero de 2014

Rondando mis huesos


“Duermen inflamables

la cortesía,

la bondad de los gigantes,

el buen hacer de los sabios,

la cordura de los hombres.

 

Duerme en las frutas amargas

 del sueño, en la inconsciencia,

la cólera que  extiende

corpórea

 mi feroz artillería.

 

 Olvido  la arrogancia,

los murmullos de la histeria,

la desobediencia irrevocable,

el descubierto rebelde,

la poderosa validez de las razones.

 

Se estremecen las palabras,

temblando en el choque de mis gritos;

sobresaltan el desprecio,

el desafío y el espanto de mi cuerpo.

 

A cada golpe de remo sobre el viento,

brota la sangre de mis ojos,

muero de nuevo en el eco del daño,

resucito en la bandera roja

que abriga mis guardias.

 

Dobla el despertar

la esquina del infierno.

 

Disipa el azote  la memoria.

despedazando el alma.

 

La vida jamás nos pertenece.

 

Huyo de la inquietud de las horas,

para volver al resultado

del dolor  irreparable.

 

Callaré el discurso de venganza,

abordaré un ensayo impredecible

del final absoluto.

 Y en un alarde de capricho

desplegaré las alas de mi dueño.

 

Colgada en las cenizas del invierno,

prisionera, maniatada,

reducida al vencimiento

del espanto.

 

Indómito el deseo se encarama

en la traviesa señal del carcelero.

 

Quiero morir

en el gozo del incendio,

en el cadalso extremo

de mi entrega voluntaria.

 

Anochece el pensamiento

y mis soldados más temibles

andan ya rondando mis huesos. “

 

lunes, 17 de febrero de 2014

sobre la flor de acanto


“Extiende la serpiente,

lenta y sinuosa,

su voraz enredadera

sobre la flor del acanto.

Secuestra la razón,

la voluntad y el tiempo.

Y en sensual impulso

 de susurro femenino

despierta la vanguardia

 recreando sus curvas.

 

Tu conciencia se quema,

derretida en lengua de caricia.

Y en el perfil de unas manos,

impulsos y bramidos,

húmeda brisa,

evocación del viento

en la pluma de sus dedos.

 

Recreo entrelazado.

La insumisión alerta.

Se enciende el mar

Despiertan los caballos.

Vibra el calor.

Se tensa el arco

en movimiento.

 

Vivir dormido,

para morir despierto. “

 

domingo, 16 de febrero de 2014

oráculo antiguo


“Inocentes, dóciles, sencillas, amables, transparentes. Bondades abiertas en canales navegables. Góndolas de realidad para manejarse en las mansas aguas de la vida. Serias, eruditas, definidas, accesibles, tal vez fueran así antes de caer en desgracia al conocerme.

Ingenua, simple, indicativa, terrestre, corta, acontecida y controlada:  yo hasta que topé con su destino. Y tuve en la razón beber de sus encantos.

 No podíamos saber que al encontrarnos las haría mías y me harían suya, y que juntas seríamos subjetivamente locas, juguetonas y falseadas.

Porque fue vernos y mezclarnos. Y empezar a corromper silencios.  Perdernos en vuelos acrobáticos que no iban a ninguna parte y eran mundos. Fue vernos y perder. Mis ojos en sus letras. Sus cargas en mis manos.

Y todo era humo, inconsistencia, ideas, mente, fantasía.

Solas las palabras no son nada. Sola yo sin ellas, un vacío.

Juntas:  presunción, claves, pronóstico, pistas, rastros en un mapa, coincidencias, solución y más dudas. Expansión de miedos. Indómita energía. Correspondencia. Creatividad. Orientación directa y confusa.

Transcurre el tiempo en paralelo. Me resisto a su llamada, desoyendo al orden coherente.

Barajo una última vez las palabras con manos temblorosas, tiento mis viejas amigas, como naipes de un oráculo antiguo e intuido. Las extiendo una a una encima de la mesa. Y rezo con ellas. Las medito. Las enciendo. Las apago. Me interpreto. Me transmito. Les cedo mi voluntad sobre el tapete.

Me hablan.

Me quieren, yo las quiero.”