lunes, 17 de febrero de 2014

sobre la flor de acanto


“Extiende la serpiente,

lenta y sinuosa,

su voraz enredadera

sobre la flor del acanto.

Secuestra la razón,

la voluntad y el tiempo.

Y en sensual impulso

 de susurro femenino

despierta la vanguardia

 recreando sus curvas.

 

Tu conciencia se quema,

derretida en lengua de caricia.

Y en el perfil de unas manos,

impulsos y bramidos,

húmeda brisa,

evocación del viento

en la pluma de sus dedos.

 

Recreo entrelazado.

La insumisión alerta.

Se enciende el mar

Despiertan los caballos.

Vibra el calor.

Se tensa el arco

en movimiento.

 

Vivir dormido,

para morir despierto. “

 

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