domingo, 24 de noviembre de 2013

ataque de cordura


“Ni en vertical ni en horizontal, nunca me muevo en línea recta.
A traqueteos rizados en descontrol persistente, mi mundo navega en espirales de locura. Mis caracoles sueñan despiertos. Sin perseguir objeto ni destino. Nunca tuve ideas fijas. Me las cambia el viento y el corazón que habito. Por eso he sido imaginario abanico en una plaza de toros para brillar su traje de luces, hincha invisible en un estadio de fútbol, trovador sin voz en un rincón de la noche, triste sonrisa en un anochecer de palmeras, tango quieto en el perfil de sus manos, jarra vacía en una cata de cerveza, risa al borde de las lágrimas, o insomnio al comenzar la madrugada.
 
Siempre envidiaba tener un pelo lacio, liso, recto y ordenado. Amueblada la cabeza con corduras. Comer sin ganas. Mantener las cosas claras en un camino despejado, en la autopista del sentido común.
 
Pero nunca será así, porque yo vivo despeinada. El énfasis me compone, la música, el acento, el movimiento, la variación, los impulsos… que me viven y me matan. Por eso soy reina de versos y desnudo la piel a cada instante. Por eso desmadejo las razones y desordeno los cabales con deseos. Y siempre tengo las manos calientes y la voz de mis palabras a punto de desbordarse. Con la orden de desahucio en las rodillas. Y el llanto tan bien comunicado.
 
Y hay días en que muero de cordura. Cuando descubro en un espejo transparente mi alma loca rondando el desafío. Como el hombre lobo después de sus fechorías nocturnas. Y de repente tengo mucho frío y vacíos insondables. Necesito la ropa para cubrirme, colorete en las mejillas, un agujero para esconderme de mi misma y me falta todo.
 
He hecho el amor y he dormido un poco. Luego me despierto con sed.
 
Entonces rezo para no haber dañado a nadie.
 
Aunque siempre sé que sí lo he hecho.”
 
ktharsis 2013
 
 
 

 
 


1 comentario:

  1. Una tormenta lírica. Me gusta mucho hacia el final, cuando dice: "Entonces rezo para no haber dañado a nadie"

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